Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores

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Imagen titular

La imagen de Nuestra Señora de los Dolores que procesiona en la Semana Santa de Totana responde a un prototipo iconográfico cercano al de la Soledad que instauraron los escultores Juan de Juni y Gaspar de Becerra a mediados del siglo XVI. En esta representación María viste la indumentaria propia de las viudas: túnica blanca y manto negro, según la moda impuesta en ese siglo y que alcanzó también al luto de las reinas cuando enviudaban. Esta imagen porta en su pecho un corazón atravesado por siete espadas en referencia al anuncio que el anciano Simeón hizo a María cuando al bendecir al niño le dijo: «este niño está destinado en Israel para que unos caigan y otros se levanten; será signo de contradicción para que sean descubiertos los pensamientos de todos; y a ti una espada de atravesará el corazón».

Desconocemos la autoría de esta impresionante talla. Es posible, recogiendo la tradición oral y los datos publicados en 1889 por el Conde de Roche, atribuirla al escultor don Roque López. Esta asignación carece de certeza científica y se plantea con suma prudencia. Se trata de una hipótesis basada en fuentes orales y en la mencionada publicación, pues en ella se lee que en 1806 don Roque López hizo una imagen de la Soledad de seis palmos, de vestir para Totana en 150 reales. Aunque no se especifica para quién la esculpió el afamado maestro, no parece un imposible que hubiese sido encargada por la Hermandad para sustituir a una imagen anterior o para iniciar una nueva andadura tras la decadencia que sufrieron las grandes cofradías de Totana con la desamortización. Esta escultura sufrió, en parte, su destrucción en la Guerra Civil. 

En 1869 la Hermandad encargó una nueva imagen al escultor de la localidad don Juan José Díaz Ortega. Resulta extraño este encargo en tanto que la Hermandad ya disponía de hechura de esta devoción. Es probable que esta «segunda imagen», como se denomina en los documentos de la época, se colocase en el altar de la capilla de los Dolores durante el tiempo en que la principal recibía culto en la celebración de Novenario o participaba en los desfiles procesionales, téngase en cuenta que desde Miércoles Santo hasta Viernes Santo la imagen estaba fuera del camarín. Y era costumbre, durante esos días, colocar la imagen de la Dolorosa en el presbiterio de la capilla, frente al altar del retablo. El resto de tiempo la segunda imagen debía de estar guardada, pues en 1871 se construyó un armario en el camarín de la capilla para este fin. 

La imagen actual con que procesiona la Hermandad de Nuestra Señora de los Dolores es propiedad de la familia Alix. Desconocemos su autor, pero algunos especialistas la consideran salida de la gubia de Sánchez Tapia, padre de Sánchez Araciel, sin descartar una posible colaboración de este último, en tanto que en torno al año 1873 en que fue encargada por doña Carmen Cánovas, ambos trabajaban junto en el mismo taller. La incorporación de esta imagen a los desfiles procesionales de la Semana Santa a través de la Hermandad de la Dolorosa se produjo a los pocos años de la llegada de la imagen a Totana ya que el mayordomo de la cofradía la pidió a su dueña «por encontrarse en muy mal estado de conservación la de la de la capilla y ser ésta de similares características». 

Una preocupación importante de la Hermandad radica en la adquisición y conservación de los complementos de la imagen: corona, corazón y espadas. A lo largo de su historia han sido varias las ocasiones en que se ha hecho preciso restaurar estos complementos que identifican y singularizan a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores. 

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